El descaro
¿Defiendes tu derecho a expresarte según eres y sientes hoy? Que el temor a no gustar o a no cumplir con las normas no te convierta en una oveja más del rebaño.
¿Cómo eres en este momento concreto de tu vida? ¿Qué es lo que necesitas expresar con más intensidad? ¿Quizá sientes la rebeldía de la adolescencia, la fuerza vital de la madurez, la necesidad de ser único, de marcar tus límites, de dejar claros tus gustos y tendencias? El descaro te permite disfrutar la vida a tu manera, sin miedo a ser juzgado, por eso se lo solemos atribuir a la juventud. Sin embargo, ¿quién no necesita mostrarse sin camuflajes de vez en cuando? Tener descaro y buen humor es signo de disposición para encontrar la mejor manera de vivir, y nos ayuda a dedicarnos más en serio a nuestro cultivo personal.
El descaro en los jovenes
¡Más espontaneidad!
Ser saludablemente descarado no es fácil. Pesa más el hábito de postergar nuestros gustos y apetencias. Esta falta de interés propio nos lleva a ocultarnos, a dejar de mostrarnos ante los demás, a disimular, a adoptar máscaras...
¿Cuándo vas a atreverte a mostrarte como eres? Hazlo cuanto antes porque, como proclama un sabio proverbio inglés, "la persona que no comete nunca una tontería, nunca hará nada interesante".
¿Te importa el qué dirán?
El temor al "qué dirán" es una de las barreras que más frecuentemente no encontramos en el camino de la superación personal. Y de las más difíciles de pasar.
Existen casi tantos puntos de vista como personas y, sin embargo, somos capaces de olvidarnos de nuestras apetencias interiores para satisfacer las del exterior. Esta actitud, mal tildada de altruista, supone una negación personal, y termina provocando enfado y rabia interior.
Dedícate a cubrir tus propias necesidades, tú no eres el responsable de que tu amigo esté contento contigo porque tienes una buena situación social o el novio que le parece mejor a él, por ejemplo.
Disfruta de ti mismo
Si un familiar o un amigo te pidiera diez minutos diarios de tu tiempo, casi de seguro que no dudarías en concedérselos. ¿Por qué no tener la misma atención y cuidado con nosotros mismos? ¿Por qué nos cuesta tanto vernos y sentirnos como lo que somos: una persona importante? ¿Será que no nos valoramos ni queremos? Disfruta tu cuerpo y lo que te apetece hacer con él: vístete como te apetezca, concédete caprichos de vez en cuando, quiérete, no te obligues y no te sometas a cánones que te estropean la autoestima... Tu cuerpo es tuyo, así que no le temas, ni a lo que otros piensan de él... Es el mejor instrumento que jamás tendrás para ser feliz.
Si no nos atrevemos a sentirnos sensuales, si no nos animamos a soltarnos con desparpajo y dejarnos llevar, nunca disfrutaremos plenamente de nuestras posibilidades de bienestar.
Sí a la independencia: estoy descaradamente sola
"Vivir sola es como estar en una fiesta donde nadie te hace caso".Tras esta contundente frase de Marilyn Monroe, uno puede echarse a llorar o pensar que, cuando en una fiesta nadie nos hace caso, lo que tenemos que hacer es sacar nuestos mejores encantos y solucionarlo. ¡Faltaría más!
Y si estas solo, tampoco es tan grave: lo mejor será que dejes a un lado el miedo a mirar dentro, y afrontes tu necesidad de saber cómo eres: tus ilusiones y ambiciones, tus limitaciones y miedos, quién quieres ser, cómo te ven los demás, cómo te ves tú en soledad... ¿Y cómo se hace eso? Pues estando muy atento a los falsos prejuicios sobre la soltería y la soledad. Por eso apoyamos lo que dice María Paz Alemparte, 27 años, gerente de un restaurante: "Ser soltera significa pensar en mí, ser libre para hacer lo que quiero, lo que me gusta, incluso para equivocarme y volver a empezar. Ser responsable de mí misma. Lo bueno de no tener compromisos es la independencia que se logra. En ese sentido, estoy en una etapa de crecimiento. Por ahora, vivo la alegría que me genera mi trabajo. Ser soltera en estas circunstancias es un estado que quiero disfrutar plenamente, con el descaro de saber lo que quiero".
Decir no con desparpajo
Si eres de las personas que tienen una elevada necesidad de aprobación, probablemente digas sí a todas las peticiones que te hacen. Esto puede disminuir tu autovaloración. Limita el número de compromisos que contraes. Empieza por comprometerte sólo si estás seguro de que estás en condiciones de cumplir, estás dispuesta a hacer el esfuerzo para cumplir y realmente quieres cumplir. Si no, declina amablemente la invitación, e incluso explica sinceramente por qué lo haces. Adopta una actitud positiva: ropa atractiva y cómoda —y no la que mandan los cánones—, detalles que te hagan sentir especial, palabras que expresen lo que quieres y no lo que no quieres, es decir, empieza a ser tú mismo.