El desorden

. martes, 17 de julio de 2007
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El desorden


¿Necesitas tenerlo todo previsto, cada cosa en su lugar cada plan bien estudiado? Cuidado. Quizá tu vida necesita un meneo para no quedarse estancada


Una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos". Así lo definía el dramaturgo inglés Thomas Middleton. Porque ser desordenado es "crear, es deshabitar la vida diaria para entrar en relación con mundos po­sibles que son invisibles para el no iniciado". ¿Todavía te cuesta verle el lado positivo al des­orden? Pues, lo creas o no, lo tiene.

El desorden de los adolescentes


Buscar nuevos caminos

Viendo un partido de baloncesto, una carre­ra de Fórmula 1 o la coreografía de un baile, nos damos cuenta de que el que no es capaz de desordenar la situación (el espacio, la dispo­sición, los contrarios...) no es efectivo.En el arte también vemos la necesidad de hallar ca­minos o disposiciones no regulares, no orde­nadas de manera predeterminada. Entonces... ¿por qué en la vida cotidiana nos empeñamos en abordar las cosas siempre de igual manera?, ¿acaso el orden es el único camino para alcan­zar nuestros objetivos?


Los adolescentes, en su salsa

La necesidad de superar la visión simplifica-dora del desorden como elemento negativo, y asumir otra que lo perciba como factor crea­dor de nuevos órdenes, es esencial para la evo­lución, y así lo desarrolla Lola Esteban Lario, psicóloga clínica especializada en psicoterapia de adultos y arteterapia:"Una pequeña sensa­ción de incomodidad por el desorden estaría dentro de la normalidad; sin embargo, algunas personas sufren una verdadera tortura si están en una habitación caótica. Se sienten insegu­ras, desprotegidas, incluso vulnerables. Pero el desorden en sí no es positivo ni nega­tivo. Debes saber que otros sienten una gran li­beración en medio del desorden, es el caso de los adolescentes, que encuentran su mun­do en su habitación y reflejan en el exterior su caos interno.

El duelo en los niños

. viernes, 6 de julio de 2007
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El duelo en los niños


Hay una costumbre errónea de mantener a los niños al mar­gen de la muerte, para evitar­les "el mal trago" por la pér­dida de un familiar. Sin em­bargo, tal y como manifies­tan los especialistas de ISEP Clinic, cuando una persona muere, es necesario y acon­sejable para todos —incluidos los niños— vivir el periodo de duelo en su totalidad (que viene a durar un año aproxi­madamente).


Como debe ser el duelo en los niños


Y aconsejan no esperar a que se produzca un fallecimiento para hablar con ellos de lo que signi­fica morir (la muerte de una mascota o una planta es una buena oportunidad), para que aprendan cuanto antes a manejar el sufrimiento y a dominar el miedo. En todos los casos la tristeza es in­evitable, pero si se produce una soma-tización será ne­cesario visitar a un psicólogo.

Las se­ñales que alertan son: llorar en ex­ceso, rabietas fre­cuentes, cambios extremos de con­ducta y en el ren­dimiento escolar, pérdida de peso, falta de in­terés por los amigos, pensa­mientos negativos acerca del futuro o alteración del sueño.