Superar la pereza
Cuando estás al borde del agotamiento, ¿tomas café o estimulantes en lugar de echarte a dormir? Ojo: reprimir la pereza provoca ansiedad y somatizaciones
He leído "Guerra y Paz" de principio a fin en sólo veinte minutos. Habla de Rusia", dice Woody Allen. Y es que ¡hasta para leer andamos corriendo! Vivimos acelerados, sin disfrutar del momento presente. Por eso, de vez en cuando deberíamos hacer una pausa y preguntarnos: ¿qué estoy haciendo?, ¿hacia dónde voy? "Pienso donde no estoy y, por tanto, estoy donde no pienso", decía Lacan.
Como superar la pereza
Sí a la pereza bien medida
"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" .Y ¿por qué no? Llevar una agenda está bien para planificar el tiempo, para activarnos, pero de vez en cuando podemos darnos permiso para mirar las nubes. Al fin y al cabo, somos seres libres. Evita que las creencias aprendidas también nos apuran: "No puedo perder el tiempo", "Tengo que ser productivo", "Ahora debería estar estudiando, debería irme a casa...".
La importancia de disfrutar
En la deliciosa novela de la escritora cubana ZoéValdés Te di la vida entera, la protagonista se pregunta, en un importante momento de lucidez, por el sentido de su vida: "No dejo de machacarme las neuronas preguntándome: ¿tanto ajetreo, para qué? ¿Para qué tanta lucha?".. . Lo que queremos, al fin y al cabo, ¿no es disfrutar la vida?
Cuando el estrés te amenace, no hay nada mejor que una pildora de pereza: rescatemos las costumbres de nuestra cultura y durmamos la siesta. Una siesta corta de 15 a 20 minutos, sumada a ocho horas de sueño, supone un mejor descanso y mayores beneficios que si se agregan los mismos minutos al descanso nocturno. Algunos estudios aseguran que su efecto reparador combate los radicales libres, previene el envejecimiento y alarga la vi da. Y será cierto, porque dormir la siesta se nota en la cara, que gana luminosidad, frescor y optimismo.
Respeta tus ritmos biológicos
Observemos a los animales: se estiran y se desperezan en cuanto sale el sol, descansados y activos, y después remolonean con absoluta libertad en cuanto les apetece sin plantearse dudas al respecto. Nosotros, en cambio, durante gran parte del año no tenemos otra opción que seguir a rajatabla unos estrictos horarios impuestos por el sistema. El lema para todos es: "rendir, rendir y rendir". Por eso debes recordar que la pereza ¡forma parte de nuestros ritmos biológicos naturales!